sábado, 23 de abril de 2011

SOBRE EL SIGNO

ALGUNAS ACLARACIONES SOBRE LA NATURALEZA DEL SIGNO

Hemos estado hablando últimamente de algunas consecuencias de la concepción relativista-sofista de la vida, y nos habíamos detenido particularmente en las que se referían al lenguaje.
Revisamos brevemente una de las tesis básicas del relativismo lingüístico, la del “signo arbitrario” y veíamos cómo ésta sola idea era suficiente para derribar  toda la concepción natural del lenguaje, al introducir la subjetividad tirana no sólo en la creación del signo material sino también en la determinación de la naturaleza misma del acto de significar, el cual quedaba reducido a una mera relación “intrasistémica” alejada de toda representatividad del mundo real.
En esta oportunidad quisiéramos detenernos un poco para explicar qué es el signo, que es el significar, y así poder dejar más en claro el tema que venimos abordando, pues el lenguaje es un sistema de signos, las palabras que escribimos o hablamos son signos, por tanto tener una idea clara de la naturaleza del signo ayudará a comprender el giro absoluto que supone el relativismo lingüístico.
Sabemos que no son temas fáciles, tampoco son imposibles y tienen el incentivo de ser verdaderamente esenciales para ir estructurando una comprensión del mundo que nos rodea que vaya mucho más allá de los tópicos que nos sirven los noticieros y periódicos, los cuales sólo sirven para distorsionar las cosas y hacernos cada vez más acríticos respecto de la sociedad en que vivimos y respecto de nosotros mismos. Empecemos pues.
Llamamos signo a todo aquello que nos lleva al conocimiento de algo distinto al signo mismo. Antiguamente solían decir: quod potentiae cognoscitivae aliud a se repraesentat” signo es aquello que presenta a la potencia cognoscitiva algo distinto de sí mismo, como haciendo sus veces, el signo es entonces un vicario de algo distinto a él mismo. De esta definición se desprenden dos cosas:

1-     El signo es distinto de aquello que significa. Pues nada es signo de sí mismo
2-     El signo está determinado y medido por aquello que significa, pues la realidad significada es primero que su signo. El fuego es primero que el humo.
Por ejemplo: el humo es signo del fuego, es distinto del fuego, depende del fuego y el fuego es primero que él.
Podemos dividir el signo de la siguiente manera:

1-      Signo natural: es aquél en el cual la relación de significación viene dada por la naturaleza de las cosas, como el humo y el fuego, pues es natural que el humo sea signo del fuego.
2-      Signo artificial: es aquél en el cual la relación de significación no viene de la naturaleza de las cosas sino de la voluntad humana, como las señales de tránsito o estas palabras con que estoy escribiendo.

El signo natural se divide así:
1-      Signo instrumental: es aquél que debe ser conocido en primer lugar para así poder llevar al conocimiento de su significado. Como el humo, pues primero se debe ver el humo para poder comprender que hay fuego.
2-      Signo formal: es aquél que no es necesario conocer primero para conocer la realidad significada. Como los conceptos mentales, las ideas. Pues al comprender un concepto no comprendemos el concepto mismo sino aquella realidad de la cual el concepto es imagen.
Aquí es donde recae el error del idealismo y del racionalismo. Desde Descartes se ha venido creyendo que lo primero que conocemos son nuestras ideas, y como sólo tenemos ideas entonces nunca sabremos si conocemos la realidad o no. Kant fue el filósofo que sacó todas las consecuencias de esta doctrina. Él decía que nunca podemos conocer las cosas en sí sino sólo nuestras ideas. Este grave error ha dado origen a muchos enredos y equivocaciones desde hace siglos. Según estos filósofos la realidad es para nosotros imposible de conocer pues sólo conocemos ideas y nunca cosas.
Esto llevó a muchos a decir que la única realidad eran las ideas, nada más, y filósofos como Hegel armaron tremendos sistemas para interpretar el mundo según esta visión de las cosas, sistemas tan absurdos y tan fantasiosos que en verdad da pena ver que tantos hombres hayan dedicado sus vidas al estudio y a la defensa de algo tan infundado, o mejor dicho fundado sobre un error que bien hubieran podido evitar estudiando sin tantos prejuicios la verdadera naturaleza de los signos y de los conceptos.
Vean ustedes; una cosa es ser signo “ex quo” y otra distinta es ser signo “in quo”. Signo ex quo es aquél “a partir del cual” se conoce lo otro, como el humo a partir del cual conocemos el fuego. Signo in quo es aquél “en el cual” conocemos la cosa, como el concepto “hombre” en el cual conocemos la esencia de hombre y no el concepto mental hombre. Los conceptos con que pensamos pueden ser conocidos pero luego de una reflexión, en la cual detenemos el impulso natural de nuestra inteligencia que siempre está dirigido a las cosas, y lo dirigimos hacia nuestros propios pensamientos. Los conceptos nos ayudan a conocer sin ser ellos conocidos, es como si fueran signos transparentes, al conocerlos conocemos la realidad que significan pero ellos mismos permanecen como ocultos, toda su labor consiste en llevar, en remitir, en enviar hacia la realidad que significan. Al tener el concepto de “hombre” o de “caballo” lo que inmediatamente conocemos es aquella realidad que es la esencia del hombre o del caballo, y sólo secundariamente y de manera reflexiva podemos ir a nuestro pensamiento y tratar de estudiar la naturaleza de esos conceptos con que pensamos la realidad.
En la edad media todo esto que venimos diciendo lo resumían en una sola palabra: “intencionalidad”. Ellos llamaban “intentio” a la naturaleza de los conceptos con que pensamos. Los conceptos tenían según ellos una naturaleza “intencional”.
¿Qué significaba esto?
Trataremos de dar respuesta a esta pregunta en la próxima entrada.

4 comentarios:

JC dijo...

en resumen, al tener conceptos no conocemos los conceptos sino las cosas que los conceptos representan y los conceptos como tales solo los conocemos mediante la reflexion ?

Miguel dijo...

exacto JC. los idealistas dicen: solo conocemos ideas y nunca cosas reales. porque no ven que esas ideas solo als conocemos por una erflexion secundaria, pues directamente y de suyo los conceptos nos llevan a la realidad y no a si mismos.

JC dijo...

entonces el idealismo consiste en decir que nunca conocemos la eralidad sino solo nuestros propios pensamientos, verdad?, y que dicen ellos acerca de la ciencia? porque se supone que con el conocimiento cientifico conocemos cosas reales y no soalmente ideas

Miguel dijo...

Siempre ha sido un lio para ellos explicar el conocimiento cientifico, Kant ha sido el que ha dado la explicacion que mas sea cepta. el dice que el conocimiento cientifico efectivamente existe, pero que es fundamentalmente una creacion de als categorias humanas, y que siempre la realidad mas intimas de las cosas escapara a nuestras capacidades. el dice que conocemos el fenomeno y no el noumeno. para el el fenomeno es el resultado de la union entre lo que percibimos por los sentidos y nuestras propias categorias de pensamiento, y el noumeno seria la cosa en si. el dice que esta cosa en si nunca la conocemos porque estamos limitados a conocer solo loq eu nuestra sensibilidad recibe y organizamos con asl categorias, que vienen siendo como estructuras de pensamiento con que venimos al nacer.